El pasado 31 de enero de 2024 la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos (EEUU) decidió mantener su tasa de interés de referencia en un rango de 5.25% a 5.50% por 4ta. vez consecutiva. Ya anticipó que no estima iniciar la reducción de la misma (Fed pivot) en la próxima reunión del mes de marzo 2024, sino que el mercado le otorga probabilidad creciente a este hecho recién a partir del 01.05.2024. No obstante, el presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmó que monitoreará constantemente la evolución de los indicadores de la economía, siendo su objetivo lograr mantener el pleno empleo con una tasa de inflación convergiendo al 2% anual en el largo plazo. Considera que las tasas están ya en su máximo o cerca del mismo, con lo que se especula que las mismas terminaran el 2024 por debajo de su nivel de inicio.
Hasta acá la estrategia parece estar dando buenos resultados, dado que el último índice de inflación se redujo a 3.1% interanual desde un pico máximo del 9.1% en junio 2022, esperando seguir por el mismo camino hasta alcanzar el tan ansiado aterrizaje suave (“soft landing”) de su economía. Dicha estrategia de suba de tasas fue la de mayor velocidad alcista en plazos desde el año 1980, generando en 2023 algunas turbulencias en el mercado financiero, especialmente en el sector de la banca regional de Estados Unidos, con la caída de varios bancos que debieron ser socorridos (Silicon Valley Bank, Signature Bank, entre otros), pero cuyos efectos negativos no se expandieron al resto del sistema y fueron eficazmente controlados.
Como factor sujeto a especulación de parte de algunos inversores, especialmente al inicio del ciclo de subas de los tipos de interés por parte de la Fed, se encontraba el debate del tamaño de la deuda pública de EEUU, (hoy ya alcanzó un 107% del PIB en 2023, superando el record histórico del 106% a fines de la segunda guerra mundial, y con tendencia creciente). Cabe destacar que la deuda se incrementó de manera significativa en los últimos años como consecuencia del impacto de programas de ayuda económica para mitigar los efectos causados por la pandemia. Este punto llevó a pensar en su origen, que el nivel de la suba tasas seria acotado dado el alto nivel de endeudamiento y por un tiempo restringido.
Es dable resaltar la importancia de la implicancia de dicha tasa sobre los mercados financieros globales, con fuerte incidencia en los precios y rendimientos de los bonos del tesoro americano (Tbills y Tbonds), y su traslado al resto de la renta fija mundial. Esto puede llevar a alargamientos de plazos de vencimientos y/o asumir mayores riesgos crediticios por emisor. Respecto al impacto en las empresas, se dará positivamente tanto en los costos de financiamiento para desarrollar inversiones y sus planes de crecimiento, así como en la valuación de las mismas sobre los flujos de fondos futuros descontados.
De acuerdo a ello, es que la Fed tiene en vilo a los inversores globales respecto a sus decisiones futuras, intentando muchos de ellos anticiparse o apostar sobre los próximos pasos, para lograr posicionamientos de carteras a largo plazo garantizando rentabilidad. De cualquier manera la decisión de la Fed será tomada en base a datos económicos concretos, para los que habrá que esperar su evolución en los próximos meses.