¿Qué debemos esperar como inversores?
Luego del referéndum del 23 de Junio de 2016, en el cual se resolvió por casi el 52% de los votos la salida del Reino Unido (RU) de la Unión Europea (UE), se inició un trabajoso procedimiento para efectivizarlo. En efecto, el Gobierno ejerció su derecho en marzo del 2017, iniciando una serie de complejas negociaciones que durarían 2 años, pero que luego fueron prorrogadas hasta el 31.01.2020. A partir de esa fecha se acordó un periodo de transición hasta el 31 de diciembre del mismo año, en el que se mantuvo dentro de la UE preparándose para su salida, lo que finalmente se efectivizó el 01.01.2021. El referéndum fue muy ajustado, y al día de hoy no existe un consenso amplio sobre este tema. Las principales implicancias del Acuerdo están vinculados a temas políticos (control de fronteras, autonomía en el dictado de leyes, cohesión de las naciones que conforman el RU), como económicos (nuevo acuerdo aduanero con la UE, otros acuerdos comerciales con países por fuera de la UE, autonomía de su Banco Central y límites a su política monetaria).
A más de 3 años de entrada en vigencia con efectos prácticos del acuerdo, el debate político continua, pero inmerso en un contexto económico de debilidad. En efecto, el PBI del RU ha mostrado un menor desempeño que el de otras economías europeas comparables. El comercio con la UE se redujo, aunque en parte se compensó con una mayor actividad comercial con nuevas naciones. La inversión empresarial se redujo, y se trabó la contratación de personal de Europa continental. Todo ello, impactó en el nivel de precios de las islas, siendo que la inflación es mayor en el RU que en el resto de los países comparables de la UE. Asimismo, estas variables, tuvieron su implicancia a nivel gubernamental, debiendo ajustar su nivel de gasto público, y elevando tasas impositivas. Es dable destacar, que todo el proceso del Brexit, se dio en medio de los efectos económicos de la pandemia, y la guerra de Ucrania, lo cual profundizó el impacto negativo sobre la macroeconomía, afectando el consumo y los costos de la energía y mercadería en general.
Hacia adelante, el panorama luce incierto. En gran medida dependerá de la habilidad de los Gobiernos de RU para la firma de nuevos acuerdos comerciales con otras naciones, el compromiso del sector empresario con la inversión y el aprovechamiento para la apertura de nuevos mercados, el vínculo con la UE, y el nivel del crecimiento de la economía global, entre otros. El Banco de Inglaterra (BOE) pronostica un muy leve crecimiento del PBI del 0.4% para el 2024, con riesgos de recesión, en tanto que debió subir fuerte la tasa de política monetaria (5.25%) para contener el índice de inflación, que tocó niveles por encima del 10% en octubre del 2022, y se ha venido reduciendo paulatinamente, hasta el 4% actual, aún lejos del objetivo del 2% anual buscado.
Desde nuestra óptica, y con el logro de la macroeconomía estabilizada luego de tantos vaivenes, entendemos que existen ciertas alternativas específicas de inversión en algunos sectores y empresas del RU, con extendido posicionamiento y marcas con vasta trayectoria, que pueden ser útiles a la hora de lograr diversificación y posicionamiento para el mediano y largo plazo en las carteras de los inversores.
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